PSICOLOGÍA DE LA VIVEZA CRIOLLA: LA PERCEPCIÓN DE LEGITIMIDAD POLÍTICA LA ANOMIA Y LA TRANSGRESIÓN
Actualizado: 7 jul 2020
Se definen a la “viveza criolla” como al acto que comente una persona que se caracteriza por transgredir una norma, junto a no ser sancionado por dicha acción y por ser valorado positivamente, a tal punto que quien no infringe la norma es percibido como tonto. De esta manera la transgresión se convierte en una característica idiosincrática que se asume como necesaria para operar en el contexto local. Este tipo de conducta, es estudiada y operacionalizada con el nombre de Transgresión Normativa. Esta característica es consistente con estudios que dan cuenta que en varios países de américa latina existe una creencia generalizada que reconoce que el incumplimiento de la ley es poco o nada grave, o que la mayoría de los ciudadanos no cumple con la ley. Ejemplos claros de este tipo de conducta es el estacionarse en doble y triple fila, robar la luz, internet, instalarse en las veredas para vender productos diversos sin permiso y no pagar impuestos, intentar pagar sobornos a los policías y funcionarios, evitar hacer las declaraciones fiscales correspondientes, comprar películas y discos piratas, copiar en los salones de clases, en el mundo cibernético se ve seguido el usar grupos destinados a fines académicos para difundir propaganda política, entre muchas otras conductas.
Este tipo de transgresión se asocia, entre diversas variables, a la percepción de falta de legitimidad de las instituciones y de las autoridades y a la debilidad normativa. Sautú, Bonolio y Perugorría (2004) observaron que algunos países de américa son más tolerantes ante ciertos tipos de transgresiones y que hay una mayor indulgencia ante la micro-corrupción en comparación con la macro-corrupción, ya que la consideran menos grave, inevitable y perteneciente a sus prácticas cotidianas. Sienten la necesidad de involucrarse en pequeñas irregularidades, o bien eligen la opción de usar estratégicamente circuitos corruptos para obtener ventajas y ahorrarse mayores problemas.
Este tipo de conducta de transgresión normaliza y genera otro factor llamado Anomia, a pesar de que su raíz etimológica es literalmente sin normas, Durkheim señaló que la anomia puede referirse a problemas que no tienen que ver solamente con la falta de normas en un ámbito específico (la vida económica, la pareja o el estudio) en un momento determinado, sino con la imposibilidad para la sociedad de fijar claramente los límites para la acción de los sujetos, y en caso de que se contraviniera el orden convencionalmente aceptado, con la imposibilidad de sancionar la transgresión .
La anomia implica dos dimensiones: 1) falta de reglamentación y 2) falta de regulación. La falta de reglamentación implica la imposibilidad por parte de la sociedad de fijar restricciones a la acción de los sujetos, que se supera generando nuevas normas. La falta de regulación es el cómo se sancionan las transgresiones, siendo este acápite más complejo de resolver ya que implica instalar en los miembros de un grupo social el sentimiento y las conductas relativas a la necesariedad del respeto al orden normativo.
El origen de la Anomia es diversamente analizado, para Parsons (1966), la anomia se produce cuando no se cumple con las expectativas generadas, tanto por los actores, como por las instituciones. Es una falta de complementariedad entre lo que se espera que la gente y las instituciones hagan, y lo que efectivamente éstas y aquella hacen. Existe un mayor incremento de la anomia cuando las instituciones y autoridades se perciben como ilegítimas.
Mientras que Merton (1964) platea una forma de anomia por grupos sociales, específicamente en las sociedades modernas, que valoran excesivamente el éxito, y sus componentes de dinero y poder. Al ser este el principal valor, y puesto que no todos los sectores sociales están en condiciones de alcanzar las metas culturales consideradas valiosas, no todos cuentan con los medios que la sociedad debería proveer para alcanzar dichas metas se producen distintas conductas adaptativas a tal situación. Los miembros de la sociedad pueden actuar en dos formas, el grupo que se retrae y rechaza las convenciones e ideales sociales, y el grupo que acoge medios ilícitos para acceder al éxito, es el caso, de las mafias o de las grandes redes de clientelismo político que se generan en los gobiernos.
Srole (1956) tomó el concepto de anomia, para centrarse en indagar cómo las personas evalúan subjetivamente el funcionamiento de la sociedad y cómo esto repercute psicosocialmente. Según el autor, la anomia hace que las personas perciban un entorno desintegrado y una falta de implicación social, y repercute en una integración negativa de los individuos en la sociedad, genera sentimientos de falta de apego al entorno, falta de involucramiento, soledad, y desesperanza.
Conclusión
La anomia y la ilegitimidad institucional se han relacionado con la trasgresión a la norma, el proceso de mantener una conducta apegada a la norma se ve influenciado por la percepción de los gobiernos, del devenir político y de las instituciones. Basta con observar el nivel de cumplimiento de las normas y leyes de la ciudad, mientras más pasa el tiempo del gobernante y menos legitimidad (aprobación) obtiene, más faltas a las normas se puede ver, ejemplo de esto es el irrespeto de las normas de tránsito, infringir el espacio público y un interminable etcétera.
Es por esto que una de las formas de combatir la trasgresión a la norma es debilitando la anomia, desde su dimensión Regulación y sobre todo ganando legitimidad de las instituciones, legitimidad que se logra desde la representatividad y participación política, hasta una regulación del sistema social básico: la familia.
Referencias:
Durkheim, E. (1998). El Suicidio. Buenos Aires: Grupo Editorial Tomo.
Espinosa, A. (2003). Identidad social e identidad nacional en una muestra de triciclistas en Juliaca [Social and national identity in a simple of triciclistas in Juliaca]. Tesis de Licenciatura no publicada. Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima.
Merton, R. K. (1964). Teoría y estructura sociales, México, FCE.
Parsons, T. (1966). El sistema social, Madrid, Revista de Occidente.
Sautú, R., Bonolio, P. & Perugorría, I. (2004). Percepciones de corrupción y confianza en actores políticos y económicos [Perception of corruption and trust in political and economical figures]. En R. Sautú (Ed.), Catálogo de prácticas corruptas: Corrupción, confianza y democracia (pp. 139-166). Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Lumiere.
Srole, L. (1956). Social integration and certain corollaries: an exploratory study. American Sociological Review, 21, 709-716. doi:10.2307/2088422.
Redactado por:
Patricio R. Arias
Instituto de Investigaición Conductual
NeuroCorp Ecuador
Mail: prarias@investigacionconductual.com
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