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UN NUEVO PADRE: ENGROSSEMENT UNA RUTA PARA EL DESARROLLO DEL ROL

El avance de los estudios psicosociales ha planteado formas de comportamiento paterno frente al adquirir el nuevo rol. Dentro de la historia del estudio de la paternidad se encuentran estilos que se han caracterizado por la función de proveer, convirtiendo la imagen paterna en una imagen rígida, autoritaria, impositiva y punitiva. Esta representación del padre ha ido cambiando en el transcurso del tiempo, transformándose completamente hasta configurar un padre nutricio que se caracteriza por la calidez, responsabilidad y por el desarrollo de la engrossement, lo que le compromete directamente con la crianza de su hijo.



Este nuevo patrón de comportamiento se está desarrollando con la nueva generación de padres, haciendo que los hijos de esta generación adquieran seguridad, mayor autoestima, adecuada formación del autoconcepto y mejores herramientas para el desarrollo de mejores habilidades sociales, contrariando las formas clásicas de educación que según Cebotarev (2003) han tendido a generar comportamientos antisociales y problemáticos.


CONCEPTUALIZACIÓN DEL ROL PATERNO


La paternidad es un concepto que se ha ido transformado en el tiempo, la cultura ha acogido la paternidad desde el nuevo concepto en desarrollo de masculinidad, premisas que se están empezando a fragmentar desde el proceso de transformación del paradigma socio cultural; y no hace mucho este rol ha venido cambiando, “hasta mediados de los años 90 se le prestaba escasa atención a la participación del padre en el cuidado y educación de los hijos pequeños”. (Cebotarev 2003 pp. 9); tomando en cuenta que para Torres (2004), que aclara en su estudio llamado “La paternidad: una mirada retrospectiva”, que en el caso de los varones les ha costado más trabajo avanzar en la creación de un nuevo modelo de paternidad, modelo actual que se es complejo aún comprender en muchos contextos familiares. El cambio que se ha dado en la estructura familiar a partir de la gran migración que se generó al inicio del nuevo siglo, que separó y reorganizó la célula principal de la sociedad, se dieron procesos extremos en donde el abandono del hombre de sus funciones como padre se generó por una obligatoriedad económica de alejamiento del hogar.


Para Cebotarev, E.A. (2003) en su estudio sobre la Familia, socialización y nueva paternidad, menciona que los hombres se ven obligados a apoyar a sus esposas, que incluso ahora se han obligado a aprender destrezas nuevas y a disfrutar de nuevas satisfacciones, expandiendo sus roles más allá del hecho de ser proveedores y disciplinadores. Este proceso de transformación del rol paterno como lo conocemos en nuestro medio esta precedido por culturas antiguas que han demostrado roles nutricios dentro del cuidado de los hijos, por ejemplo “los Trobrianders de Melanesia, Tauro de Okinawa y los Ilocos de las islas Filipinas, participan en el cuidado, alimentación y sostenimiento de sus hijos”. (Oiberman 1994, pp. 66).


Para comprender de mejor manera el termino padre, se puede recurrir a la acepción otorgada por la real academia de la lengua Española, en donde aclara que la palabra “padre” proviene del latin “pater”, que significa “varón o macho que ha engendrado”, sin embargo actualmente no se analiza la relación padre hijo desde tan solo el aspecto biológico sino el rol paterno, compuesto de conductas ya no se centra en la procreación al contrario de esto se enmarca en el proceso de cuidado y protección que la imagen paterna pueda dar al ser humano en crecimiento; para comprender esto se puede analizar la frase que se mantiene como premisa en el vulgo cultural ecuatoriano “Padre no es el que engendra sino el que cría”, frase popular que encierra una gran sabiduría, dando la oportunidad de entrar al juego del rol paterno a los padres de acogida, a familias reestructuradas e incluso a ciertas familias desorganizadas. Oiberman (1994) define acertadamente a la paternidad desde el equilibrio bio psico social y cultural, proveyéndonos de una visión amplia de lo que es la paternidad:

“La paternidad puede ser definida como el proceso psicoafectivo por el cual un hombre realiza una serie de actividades en lo concerniente a concebir, proteger, aprovisionar y criar a cada uno de los hijos jugando un importante y único rol en el desarrollo del mismo, distinto al de la madre”. (Oiberman 1994, pp. 66).


Torres (2004) menciona que el varón aprende a ser padre en la familia, y en su relación con el padre es donde el varón tiene su primer contacto con la masculinidad y con sobre todo con la paternidad, antiguamente “las relaciones entre los padres y sus hijos comúnmente se inscribían en una estructura jerárquica y autoritaria, en especial en relación al padre”. (Gutiérrez E, Osorio P. 2008 pp. 114), proceso que se lo puede evidenciar en el nivel de cercanía y afecto que generaba la madre hacia el hijo, mientras que el padre se mantenía completamente alejado del proceso de crianza y mucho más de las muestras de afecto.


Con el paso del tiempo y con el notorio déficit económico que las familias han sentido en el trascurso de los modelos económicos vigentes, este rol se ha trasformado. Para Ramírez (2011) mencionado por Fuentealba (2011) la paternidad está siempre en construcción y cambio constante, que no es una habilidad heredada o innata, sexista, sino que es más que un constructo, una práctica afectada por situaciones políticas, que demanda cotidianeidad y que se modifica a lo largo de todo el ciclo de vida de los padres y los hijos/as. Actualmente se sabe que el proceso de asumir el rol paterno empieza desde que el padre toma la decisión voluntaria de serlo. Oiberman (1994) explica que el “ser padre es un proceso gradual que comienza con la decisión de tener y hacerse cargo de un niño”. Este proceso empieza, incluso, antes de que el niño nazca, lo menciona Cebotarev (2003), cuando aclara que los nuevos padres asisten al nacimiento de sus hijos, participan activamente, en los cuidados físicos y sicosociales de los hijos por ejemplo: alimenta a sus hijos, los baña y viste, los consuela cuando lloran y los cuida cuando están enfermos; esto asegura que la presencia sistemática del padre desde los primeros meses de vida del bebé estimula la relación del niño con sus padres y su propia habilidad para hacerse de amigos.



Muchos padres están en un constante desarrollo del nuevo rol, generan nuevos aprendizajes conductuales para cada etapa que atraviesa el niño, es decir aprende a ser padre a medida que el primer hijo va creciendo, de alguna manera esto genera una pequeña desigualdad con la relación padre hijo con los siguientes hijos. Para Torres (2004) los varones se enfrentan a la paternidad cuando nace su primer hijo y en ocasiones hasta que ese hijo ha crecido. La creencia que por lo general abarca este proceso se enmarca en el rol de la masculinidad, tomando la idea que las mujeres son expertas en la crianza, solo por el hecho de ser mujeres. Estas creencias se refuerzan por la interacción social familiar, Montesinos (2002) menciona que actualmente, con “tantos cambios a su alrededor, los varones no tienen claro cuáles son sus funciones como padres porque, la paternidad está más influenciada que la maternidad por factores económicos, laborales, familiares, sociales y culturales”. (Montesinos 2002, mencionado por Torres 2004 pp. 48).


ACERCAMIENTO AL ROL DEL NUEVO PADRE


En este cambio de época la paternidad, se sustenta en dos modelos de ser padre: el primero está estructurado en los estilos de comportamientos tradicionales y, otro que se está construyendo por una nueva generación que se desarrolla en la época de la información y el conocimiento, haciendo que este nuevo rol se conciba en una paternidad instituida en el respeto y el afecto. En esta búsqueda de los nuevos conceptos de rol paterno, se puede evidenciar la tendencia nueva que presentan varios autores sobre el llamado Nuevo Padre”, término que se ha popularizado en la literatura académica psicológica. Básicamente el termino se refiere al padre que se compromete con el cuidado y la crianza de sus hijos biológicos y / o adoptivos. (Oiberman, 2008). El termino compromiso como base de la definición del nuevo rol, abarca estructuras cognitivas emocionales, que se activan en la convivencia humana, para Oiberman (2013) empieza desde el respaldo que el padre da a su esposa embarazada, durante todo el proceso del embarazo y el parto donde el vínculo temprano se ve fuertemente influido por las actitudes del padre durante todo el proceso previo al nacimiento del nuevo hijo. El rol del padre nace con el conocimiento que va a ser padre, haciendo que su estructura de aprendizaje le guíe en la decisión inconsciente de asumir un patrón de comportamiento ante el nuevo ser, este rol puede ser del nuevo padre, un padre nutricio que está relacionado con la expresión del amor paterno, acciones que se demuestran al momento de acariciar, alimentar, jugar con el bebé y en su completo desarrollo. La Nueva Paternidad está relacionada con el movimiento masculino que examina la vida del varón desde una perspectiva de género, y está conceptualizando la Nueva Masculinidad (Cebotarev 2003)

Para tener un acercamiento detallado hacia el rol del nuevo padre podemos describir desde los elementos que la nueva caracterización del rol nos demuestra. Para poder diferenciar el rol del nuevo padre con los roles tradicionales paternos, hay que distinguir 3 elementos que lo caracterizan: la interacción, la accesibilidad y la responsabilidad. Oiberman (2008) detalla específicamente cada elemento:


Interacción: Tiempo que el padre comparte con su hijo realizando actividades conjuntas.

Accesibilidad: Es la posibilidad que tiene el niño de contar con el padre para interactuar.

Responsabilidad: se refiere a las funciones que asume el padre en lo referente a las actividades de los niños (escolaridad, salud, reuniones sociales). (Oiberman 2008, pp. 85)


El rol del nuevo padre está dentro de estar tres características, sin embargo, a la observación de la transformación de los nuevos comportamientos paternos este comportamiento no es un acto a priori del ser humano, es un contexto aprendido e intergeneracional. Para poder entrenar un nuevo rol se necesita mayor especificación de lo que debería realizar el padre, distribuir el comportamiento en funciones y estrategias ante cada posible evento que se pueda suscitar, Tizón y Fuster (2005) afirman que las funciones ejercidas por el nuevo padre se focalizan en las siguientes tareas:


1. El Cuidado y los sustentos corporales básicos.

2. Las funciones de establecimiento de límites para el bebé, el niño y lo simbiosis madre-hijo.

3. Las funciones en las organizaciones y desarrollo de su personalidad.

4. Las funciones en la creación de las identidades psicosociales.

5. La función de aporte de modelos de organización de la familia (Tizón y Fuster,2005, mencionados por Oiberman 2008, pp.175)


Cuando se analiza el rol paterno, se anexa de inmediato un nuevo término que describe los potenciales instintivos de los hombres al adquirir el nuevo rol. El Engrossement, es la potencialidad innata del hombre ante la existencia del nuevo ser, se caracteriza por el despertar del instinto paterno cargado de afectividad y ternura. Oiberman (2008) menciona que el padre toma nuevos comportamientos una vez que nace su hijo y lo puede ver por primera vez, el padre tiende a fijar la mirada en el nuevo ser de manera atenta, recorre con su mirada desde los pies a la cabeza buscando similitudes y diferencias, luego tiene a recorrer con sus manos el cuerpecito del bebé conociendo las características particulares de su hijo, esta hace que el padre sienta una fuerte atracción hacia el nuevo ser, aumentando su autoestima y emana un sentimiento propio de orgullo por su nueva “propiedad”. Greenberg y Morris citados por Oiberman (1994) aclaran que el Engrossement se trata de un potencial innato que tiene el padre y se desarrolla en el momento del nacimiento del bebé, esta potencial implica estar totalmente absorbido por la presencia del bebé, manifiesta preocupación e interés ante el nacimiento del hijo, expresa una emoción intensa ante el nacimiento, siente una intensa y característica emoción al verse convertido en padre. Este proceso del Engrossement, compromete de manera afectiva al padre con los cuidados especiales que el nuevo ser requiere.


En una futura publicación, mostraremos un protocolo para el desarrollo del engrossement, en hombres a punto de asumir el nuevo rol.

Autor: Patricio R. Arias

NeuroCorp Ecuador

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